Desde que el Covid ha llegado a nuestras vidas, se oye con mucha frecuencia la importancia de la vitamina D para nuestro organismo. Hasta ahora habíamos escuchado siempre hablar de la vitamina C, la vitamina B1, la vitamina A… pero nunca la vitamina D había sido protagonista de tantas noticias sobre la salud.
Empezaremos por hablar de la importancia de la vitamina D para un correcto funcionamiento de nuestro organismo. Esta vitamina contribuye a una correcta absorción del calcio en el intestino, por lo que directamente está relacionado con que mantengamos unos huesos y dientes fuertes y sanos. También está directamente implicada en el correcto funcionamiento de músculos, y consigue que nuestro sistema inmunitario esté también sano.
Si nos falta vitamina D, podemos sentir dolor óseo, debilidad muscular y osteoporosis. La osteoporosis, que supone la disminución de la densidad ósea y el aumento de la fragilidad de los huesos, está directamente relacionada con la falta de una correcta sintetización de la vitamina D.
Además de esto, la vitamina D estimula el sistema inmunitario, de modo que aumenta la producción de linfocitos Th2, responsables de la producción de anticuerpos y produciendo un efecto antiinflamatorio. También mejora los mecanismos de eliminación de los patógenos, de modo que sintetizamos más agentes antimicrobianos a través de las células inmunitarias.
Por otro lado, permite el mantenimiento adecuado de la mucosa intestinal, por su acción sobre las proteínas que constituyen las uniones entre las células intestinales. Esto, junto a una microbiota intestinal sana, ayuda a evitar el paso de patógenos a nuestro torrente sanguíneo.
En qué casos puede aconsejarse un aporte extra de vitamina D
- Las personas de piel oscura, ya que el color de su piel hace que tarden más tiempo en sintetizar la vitamina D, pues la melanina disminuye la cantidad de rayos UVB que penetran en la piel.
- Las personas obesas, ya que la grasa retiene la vitamina D e impide su correcta disponibilidad.
- Enfermos del hígado o del riñón, porque estos órganos ayudan a activar la vitamina D, por tanto, si no funcionan correctamente, ésta puede no estar presente en las cantidades óptimas.
- Mujeres tras la menopausia. Al disminuir la cantidad de estrógenos, el calcio se sintetiza pero, por lo que es necesario compensarlo con extra de vitamina D.
- Personas de edad avanzada. Con los años la piel va perdiendo su capacidad de sintetizar la vitamina D, y además, suele coincidir con una menor exposición al sol.
Cómo conseguimos la vitamina D
Nuestro cuerpo produce vitamina D de forma natural con la simple exposición al sol. Tomar el sol de diez a quince minutos cada tres días es suficiente para producir la vitamina D necesaria para una persona sana. También esta vitamina está presente en alimentos como el arenque, el salmón o la caballa, en la yema del huevo y en las carnes rojas.
Si, a pesar de esto, una analítica demuestra la carencia de vitamina D en nuestro organismo, hay complejos vitamínicos que nos ayudarán a aumentar su nivel.