¿Qué es la taquicardia?
La taquicardia es el aumento del ritmo cardiaco por encima de los 100 latidos por minutos. La frecuencia cardiaca normal oscila entre los 60 y los 100 latidos al minuto. Lo habitual, es que cuanto mejor sea nuestra forma física, la frecuencia disminuya; así puede ocurrir en el caso de algunos deportistas, cuyo ritmo cardiaco puede estar por debajo de las 60 pulsaciones.
¿Cómo medir la frecuencia cardiaca?
Si no tenemos a mano un aparato electrónico, también es muy sencillo tomar el pulso. Solo tenemos que colocar los dedos índice y corazón en una parte del cuerpo donde una arteria pase muy cerca de la piel y pueda ser presionada contra un hueso o un músculo. Por ejemplo, el cuello, donde se toma el pulso carotídeo, en la muñeca que palparemos el pulso radial, en la ingle encontramos el llamado pulso femoral, en la parte interna del codo (pulso cubital), en la parte posterior de la rodilla podemos obtener el pulso poplíteo, en la sien se aprecia el llamado pulso temporal, o en la cara interna del pie donde encontramos el pulso medio. Sin embargo, la manera más fiable de medir el pulso, es en el cuello o en la muñeca.
Colocaremos los dedos índice y corazón sobre la piel del cuello o de la muñeca hasta encontrar la vibración del pulso en la arteria, y con la ayuda de un reloj, contaremos las pulsaciones durante 15 segundos. El resultado lo multiplicamos por 4 y ya sabemos cuál es nuestro ritmo cardiaco.
¿Qué factores pueden influir en la frecuencia cardiaca?
- Edad. Los niños tienen una frecuencia mucho más elevada que los adultos. Con la edad, el ritmo cardiaco disminuye.
- Condición física y ejercicio regular. Las personas que hacer con regularidad ejercicio físico, hacen que su corazón disminuya la frecuencia cardiaca en reposo.
- Ser fumador. El tabaquismo acelera la frecuencia cardiaca.
- La temperatura del aire. Cuando la temperatura y la humedad se elevan el corazón bombea sangre algo más rápido.
- Uso de medicamentos. Hay ciertos medicamentos que pueden ralentizar el ritmo cardiaco y otros, incrementarlo.
- Las emociones. Una alegría, un susto o un enfado pueden acelerar el ritmo de nuestro corazón.
- La ingesta excesiva de cafeína.
- El consumo excesivo de alcohol.
- Enfermedades como la anemia y el hipertiroidismo.
- Tener la tensión alta o baja.
Cómo reconocer una taquicardia.
Si el ritmo cardiaco es muy elevado, el corazón no puede bombear la sangre rica en oxígeno para que llegue adecuadamente a todo el cuerpo. Por eso, se pueden producir los siguientes síntomas:
- Palpitaciones.
- Dificultad respiratoria y falta de aire.
- Mareos o vértigos.
- Dolor en el pecho.
- Debilidad y sensación de cansancio.
- Desmayos.
Puntualmente, podemos sentir taquicardia, y ser conscientes de qué la ha generado. Pero si estos síntomas se producen de forma repetitiva o la taquicardia persiste, es conveniente acudir al médico para que haga un estudio, determine la causa y ponga el tratamiento adecuado.
¿Qué hay detrás de una taquicardia?
En el caso de una taquicardia sinusal, que es la que se considera menos graves, podemos encontrarnos con un problema de ansiedad, ejercicio extenuante, fiebre, anemia, hemorragia o hipertiroidismo.
En el caso de taquicardia auricular o supraventricular, en la que las cámaras del corazón no se llenan por completo de sangre y hacen que el flujo sanguíneo no llegue al resto del cuerpo en la cantidad necesaria, podemos encontrar detrás algunas enfermedades cardiacas o pulmonares, abuso de drogas, enfermedades de la tiroides, tabaquismo o el uso de ciertos medicamentos para la alergia o el asma.
La taquicardia ventricular se inicia en los ventrículos (cámaras bajas del corazón) y está ligada a ausencia del flujo sanguíneo en la arteria coronaria, cardiopatías, sarcoidosis, ingesta de drogas o efectos secundarios de algunos medicamentos.
Prevención y tratamiento.
El tratamiento de la taquicardia va a depender del motivo que la cause. Normalmente, el médico pondrá el tratamiento antiarrítmico más adecuado mediante fármacos orales y la supervisión periódica. En los casos más graves, se puede hacer una cardioversión, un desfibrilador que se implanta vía subcutánea, o la ablación por radiofrecuencia del tejido cardiaco afectado.
La prevención de las taquicardias pasan por llevan un estilo de vida saludable, manteniendo el estrés a raya, evitando el alcohol y el tabaco, limitando la ingesta de cafeína y excitantes, extremando la higiene bucal, durmiendo del lado izquierdo, haciendo ejercicio físico moderado y manteniendo controles médicos periódicos.